CADA UNO RECIBE LO QUE DA


 CADA UNO RECIBE LO QUE DA


“Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da. Nada es más fácil, no hay otra norma….” 


Escuchaba esta frase en el disco de Sole.

En ÑAQUE y en MOMENTO, nuestras empresas, buena parte de su filosofía es ser colaborativos, participativos, comprometidos… es por esto nuestro carácter, también, de empresa colaboradora con la Universidad, entidades y empresas en su apuesta por la formación de nuevos talentos no solo en conocimientos sino también en capacidades y habilidades.

Esta mañana he estado entrevistando a varios alumnos del programa LIDERA con el fin de seleccionar aquellos que puedan realizar prácticas formativas en nuestra empresa.

El objetivo de dichas prácticas es facilitar la empleabilidad, bien porque los alumnos puedan desarrollar un auténtico plan de carrera profesional en la empresa en la que practican, bien porque las prácticas le aporten un plus de experiencia curricular, en desarrollo de capacidades y habilidades, requisito necesario, ahora más que nunca, para acceder a determinados puestos en otras empresas.

Las empresas aportamos todo lo que está a nuestro alcance, nuestra tecnología, nuestra experiencia, nuestro saber, un plan tutorial, su seguimiento….

Mi reflexión final tras las entrevistas ha sido, ¿realmente los jóvenes de hoy son conscientes de la realidad social y empresarial? ¿Son conscientes de que día a día todo, absolutamente todo, está cambiando a pasos agigantados? ¿Son conscientes de que lo que aprendieron hace dos años está ya prácticamente obsoleto? ¿Son conscientes ..?

Y esta reflexión me vino al hilo de las preguntas que de forma directa lanzaban buena parte de los alumnos entrevistados: ¿Y qué beneficio voy a sacar? ¿Y qué me va aportar? ¿Y de qué me va a servir? ¿Qué recibo a cambio?...

Éramos varias las empresas colaboradoras que participábamos en este proyecto LIDERA y tras haber culminado las entrevistas, tomamos un café conjunto. Mi reflexión, mis impresiones  fueron las de todos.

Mi conclusión final: ¿Qué ocurre? No es un problema competencial, sino de conciencia.

Por la tarde, cuando me he puesto a escribir este post, lo anterior me ha llevado a lo siguiente:

La sociedad, las personas evolucionan. Pasa el tiempo, las distintas circunstancias… cambiamos de actitud.

En los tiempos de nuestros abuelos, y de nuestros padres –tiempos menos lejanos- cada una de las personas daba todo por su ideal, su asociación…. por y para la comunidad en general de la que formaban y se sentían parte o de la que eran afines.

En nuestros tiempos –los presentes- cada uno de nosotros buscamos, pretendemos, qué nos puede dar la asociación, nuestro entorno… en qué nos podemos beneficiar, qué provecho puedo sacar … si no, no me interesa.

Dar · Recibir · Recibir sin dar

En nuestros tiempos –los presentes- nos saturamos lamentándonos, añorando lo que pudo haber sido y no fue, criticando esta sociedad…., parece que nos olvidamos que somos parte de ella, de esta sociedad. Parece que se nos ha olvidado la responsabilidad que todos y cada uno  tenemos en esta comunidad.

“Cuando era joven, quería cambiar el mundo. Me pareció que era difícil cambiar el mundo, así que traté de cambiar mi país. Cuando me encontré con que no podía cambiar mi país, comencé concentrarme en mi ciudad.  No podía cambiar la ciudad, y como un hombre mayor intenté cambiar mi familia.

Ahora, como un hombre mayor, me doy cuenta de que la única cosa que podía cambiar era a mí mismo. Si hubiera cambiado hace mucho tiempo, podría haber producido un fuerte impacto en mi familia. Mi familia y yo podríamos haber producido un fuerte impacto en nuestra ciudad. Este impacto podría haber cambiado el país y, de hecho, yo podría haber cambiado el mundo.”

Fuente: 365 ideas para cambiar tu vida.  Monje anónimo 1100 DJC

Empecemos por cambiarnos a nosotros mismos.

Dar · Recibir

Una gran responsabilidad que tenemos en nuestros tiempos –los presentes- es la de CREAR

Un gran compromiso que debemos a nuestros tiempos –los presentes- es el de APORTAR
Impulsar, fomentar, motivar…

En Marketing un producto o servicio “funciona” cuando existe identidad entre lo que el cliente espera o necesita y lo que se le ofrece.

Es la oportunidad, dar.

Esa es la oportunidad, dar encontrando esa identidad.

Es también la oportunidad, encontrar esa identidad en la diferenciación.

Y es la oportunidad, que la diferenciación está en el valor añadido.

Y es la oportunidad, la experiencia de quien recibe.

La oportunidad, es el beneficio que das.

Y finalmente tu responsabilidad y tu compromiso son una satisfacción y un beneficio mutuo, una relación de intercambio.

¿Qué es lo que la sociedad necesita de nosotros? ¿Qué es lo que espera de nosotros? ¿Qué es lo que le podemos ofrecer?

¿Nos esforzamos suficientemente en buscar ese valor añadido? ¿En ofrecer una experiencia única y diferenciadora?

¿Dónde está nuestra propuesta de valor? ¿Ideas positivas, lealtad, soluciones, vinculación emocional…?

¿Dónde está nuestra estrategia? ¿Nuestra imagen? ¿Nuestro concepto? ¿Nuestros valores?

Esta es nuestra responsabilidad y nuestro compromiso en nuestros tiempos –los presentes- aportar y crear, crear y aportar.

Y por último me permito la licencia de cambiar la frase con la que iniciaba este artículo:
 
“Cada uno recibe lo que da y luego da lo que recibe. Nada es más fácil, no hay otra norma….” 
 
Una última licencia, este enlace al artículo del blog de ñaque: Sociedad creativa, una visión inspiradora



Cristina M. Ruiz Pérez
Consultora Creativa


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